En esta última década se ha detectado un incremento de la depresión a nivel mundial, es por eso que es de suma importancia informar a todos nuestros familiares, amigos y amistades sobre este problema, ya que algunos de ellos podrían estar padeciendo algunos de sus síntomas, lo que podría llevar a tener algunas consecuencias que profundizaremos más adelante en este artículo.

Es una enfermedad que avanza también en el continente americano, la Organización Mundial de la Salud advierte sobre el avance de este trastorno, que es padecido por unos 50 millones de personas en esta región según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta cantidad basada en datos de personas que vivían con depresión en 2015, corresponde al 5 % de la población mundial y aumentó cerca del 17 % con respecto a 2005, por lo que es un trastorno muy frecuente en nuestra sociedad y afecta a cada persona de manera diferente.
El término proviene del latín depressio, que significa ‘opresión’, ‘encogimiento’ o ‘abatimiento’.

Conocida en sus inicios con el nombre de melancolía, la depresión aparece descrita o referenciada en numerosos escritos y tratados médicos de la Antigüedad. El origen del término se encuentra en Hipócrates, aunque fue hasta el año 1725, cuando el británico Richard Blackmore rebautiza el cuadro con el término actual de depresión.
La depresión es una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
En el diagnóstico psiquiátrico se describe como un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana (anhedonia).
El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: como es la tristeza constante, decaimiento, irritabilidad, sensación de malestar, impotencia, frustración a la vida
Los trastornos depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.
Consecuencias
La depresión puede tener importantes consecuencias sociales, laborales y personales, desde la incapacidad laboral (ya que se puede presentar un agotamiento que se verá reflejado en la falta de interés hacia uno mismo, o incluso el desgano para la productividad, lo cual no solo afectará a quien está pasando por la depresión, sino también a quienes lo rodean) hasta el suicidio. Otros síntomas por los cuales se puede detectar este trastorno son cambio del aspecto personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, constante tristeza, llanto fácil o espontáneo, disminución de la atención, ideas pesimistas, ideas hipocondríacas y alteraciones del sueño.

¿Qué hacer si está deprimido?
Como especialistas te recomendamos hablar sobre lo que uno siente con personas de confianza o con un profesional de la salud mental.
De igual manera, se debería evitar el aislamiento, y hacer actividades como ejercicios, pasatiempos, caminatas, lecturas. Se debe estar atento ante los cambios en los hábitos alimenticios y de sueño, pues podrían ser una señal de padecer la enfermedad. Se recomienda también aceptar que se padece el trastorno y evitar el consumo de alcohol y de sustancias ilícitas, ya que podrían empeorar la situación. Ante cualquier pensamiento suicida, se debe pedir ayuda de inmediato.
Diagnóstico
El primer pasó imprescindible consiste en realizar una completa evaluación del paciente, con la realización de todas las pruebas necesarias en cada caso, en busca de posibles causas orgánicas, farmacológicas o tóxicas que simulen, provoquen o empeoren un trastorno depresivo
En segundo término, es la entrevista clínica la que ofrece los datos necesarios para el diagnóstico
Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, cuán serios son? Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio. Quien diagnostique también debe preguntar acerca del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la familia.
Si conoces a alguien que esté en esta situación o requiera ayuda compártele este artículo para que este informado sobre este padecimiento y de ser necesario busque ayuda.